Ayuntamiento de Oseja de Sajambre

De esta Merindad, a cuya cabeza estaban en esta época los Prados de Valdetuéjar en calidad de merinos reales, se desgajó durante el reinado de Enrique IV la Merindad de Valdeburón, formada por los concejos realengos de Burón, Salamón, Maraña, Valdeón y Sajambre. Por las características del medio geográfico, en Sajambre el nivel económico de sus habitantes fue mayoritariamente muy bajo, pues a lo largo de toda su historia la actividad económica principal fue la ganadería, complementada con una agricultura de subsistencia y unas actividades artesanales destinadas a cubrir las necesidades básicas de la población o, como mucho, destinadas al comercio mediante la arraigada práctica de la carretería que, desde el siglo XVI, encontramos ya documentada y regulada. La notoria escasez de trigo y de vino forzó a los habitantes de estas montañas, al igual que a sus vecinos asturianos, a importar de la Meseta los productos de los que ellos carec¡an.
Durante los siglos XVI, XVII y XVIII, los principales hacendados de Sajambre fueron el Concejo (bienes de propios) y la Iglesia (bienes de obra p¡as, capellan¡as), aunque a lo largo de los siglos XVII y XVIII algunos lugareños cuyos medios de vida no eran sólo los agropecuarios (en concreto, los notarios públicos) llegaron a formar ciertos patrimonios y, en consecuencia, a alcanzar cierta relevancia social que les permitió descollar entre sus paisanos, como sucedió con la familia Piñán poseedora de un mayorazgo en el siglo XVIII y con los D¡az-Caneja de Soto, traduciéndose asimismo este poder económico local en su posesión de cargos públicos.
La primordial actividad ganadera caracterizó el paisaje rural de Sajambre al dedicarse a pastizal y a la producción de forraje la mayor parte del concejo, pues la hierba siempre fue el cultivo mayoritario en la tierra. Durante los siglos XVI, XVII y XVIII, la cabaña ganadera de Sajambre se compon¡a de ganado menudo (cabras y ovejas) superando siempre en número al ganado vacuno que acostumbraba a ocupar el segundo lugar, seguido por el porcino que estaba destinado al consumo doméstico y, por último, el ganado caballar destinado a carga, pues el tiro en Sajambre, al igual que en Asturias, se hac¡a con bueyes. Al ser Sajambre un concejo de montaña esencialmente ganadero, abundaban la leche y sus derivados (queso y manteca), siendo importante también la presencia de colmenas. La agricultura serv¡a £nicamente para abastecer las necesidades b sicas de la po blación y a£n as¡ sol¡a ser insuficiente. El espacio dedicado a las tareas agrícolas estaba formado tanto por el terrazgo próximo a las aldeas, como por tierras de cultivo existentes en el monte. Durante la Edad Media y Moderna los cultivos preferentes fueron el cereal (escanda, panizo, cebada), las hortalizas, las legumbres, algunas plantas textiles como el lino y, sobre todo, los rboles frutales. Hasta finales de­ siglo XVII no se empezó a cultivar el maíz y hacia 1821 la patata no era todavía un cultivo muy extendido en Sajambre.
En los siglos XVII y XVIII se produce también centeno, pero la carencia de cereal panificable seguía siendo acuciante, pues además del abastecimiento mediante la carretería el concejo se vio obligado a realizar compras al por mayor de cereal y vino en muchas ocasiones. La dieta campesina se completaba con el consumo de la caza y de los frutos silvestres.
Las actividades artesanales eran un complemento de la agricultura y la ganadería, de tal manera que el herrero y el sastre eran también campesinos y ganaderos, y sólo la artesanía de la madera sirvió, como vimos, para comerciar con ella en la Meseta.
Los campesinos estaban obligados a pagar a la Iglesia las rentas derivadas del disfrute de la tierra y estaban obligados también al pago de los diezmos y de los derechos derivados de la práctica cultual y espiritual. En más de una ocasión la documentación conservada deja entrever disputas originadas por la demanda abus¡va de las rentas eclesi sticas, lo que subyace en los asesinatos de clérigos cometidos por bandoleros en el siglo XVI, al amparo y protección de los habitantes de los valles; y en revueltas y amotinamientos populares, como el sucedido en Oseja en el año 1494 cuando varios vecinos se encastillaron en la iglesia, amenazaron de muerte a los clérigos y secuestraron sus bienes. No obstante estos avatares, por lo demás tan frecuentes en el contexto general de la época, el siglo XVII tiene en Sajambre nombre propio: D. Pedro D¡az de Oseja, arcediano de Villaviciosa en la Iglesia de Oviedo, parte de cuya fortuna fue destinada a una fundación piadosa que contribuyó a mejorar las condiciones de vida en la tierra que le vio nacer.
Es entonces y por voluntad del arcediano cuando se repara la vieja calzada romana a su paso por Sajambre y Amieva, que constitu¡a la principal v¡a de comunicación del concejo tanto con la Meseta como con Asturias, y que se llamará desde entonces Senda de Arcediano.
Y es entonces también cuando se establece la primera escuela elemental en Oseja, en la que se deb¡a enseñar a los niños de Sajambre "doctrina cristiana, ayudar a misa, leer y escribir y contar". Hemos de entender que en el ámbito marginal que era Sajambre y teniendo en cuenta las tardías fechas en las que se estableció la enseñanza elemental en otros concejos de la zona, la fundación de esta escuela de primeras letras en Oseja constituyó, sin duda, un importantísimo avance cultural, que fue complementado con la fundación de la capellanía de San Roque en 1738, cuyo clérigo debía dedicarse, entre otras cosas, a la enseñanza de la "gramática".

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